Aceptémoslo. Salimos de un mundo en 2020 y en solo un año las cosas son completamente distintas. Y aunque poco a poco las agencias quieren ir regresando a lo que conocimos como “normal”, es necesario entender que mucho ha cambiado.
Hace años venimos diciéndoles a nuestros clientes que se digitalicen. Ahora que forzosamente tuvieron que hacerlo, y nos jactamos de que “se lo dijimos”, las agencias también tuvieron que aprender que hay formas de trabajar digitalmente. Las herramientas y las capacidades ya las teníamos. Y aunque a todas y todos nos cayó como una avalancha, fuimos aprendiendo a manejarlo. A manejar que no es necesario que alguien esté atrás de tu computadora para que hagas el trabajo, que no es necesario controlar cada minuto libre que tengas en el día (si es que los tienes) y a entender que somos profesionales, pero también personas.
Ahora que se empieza a regresar, me pregunto: ¿hay que volver a lo mismo? ¿No sirvieron de nada estos casi 2 años de aprender que se puede trabajar remotamente? Y claro que me refiero a las agencias que lo manejaron bien, que cumplieron horarios y lograron separarse de las malas prácticas laborales. Las demás simplemente trasladaron la excesiva carga laboral de un lugar a otro.
Y aunque para muchos es necesario volver (por preferencias de trabajo personales), creo que después de saber que es posible trabajar remotamente, hay que empezar a abrir posibilidades. Posibilidades que antes ni siquiera se hubieran pensado pero que ahora son grandes opciones para muchas personas. Posibilidades de trabajar remotamente al 100%, posibilidades de hacerlo semipresencial, posibilidades de trabajar en otro país, posibilidades de escoger y posibilidades de empezar a entender que, quizás, abrir esos espacios haga que las personas sean más productivas y que el trabajo sea más atractivo para las nuevas generaciones.
Si tanto creemos en la innovación, ¿por qué el manejo de personal y las formas de trabajo son tan arcaicas? Empecemos a ver lo atractivo de ser nómadas para los que recién llegan y las oportunidades que eso representa. Hablamos de lo increíble que sería trabajar en Google o en lugares con distintas metodologías de trabajo, pero cuando hay que empezar a aplicarlo nos hundimos en el miedo de hacer algo distinto. Entonces me cuestiono si pasa lo mismo cuando le presentamos una campaña arriesgada a cliente y decide quedarse con lo safe. Lo criticamos tanto, para caer en lo mismo.
Somos una industria que vive de la creatividad. Los que amamos esto sabemos que es el motor del negocio y, aún así, para vivir de la imaginación, es bastante cuadrada en su manera de manejar a las personas. Morimos por hacer cosas innovadoras todo el tiempo, pero nos vemos truncados por regulaciones, horarios, burocracia y miedo. ¿Por qué un creador de contenido de las siguientes generaciones quisiera cambiar su libertad creativa por burocracia?
Hay que “abrir la cabeza”, hay que pensar en las personas, hay que creer que es posible hacer algo distinto. Lo sé, un poco soñador de mi parte. Pero necesario. Porque cuando alguien lo haga, va a marcar algo distinto en una industria que lo viene pidiendo hace décadas.
Belén Arregui.- Creativa Digital.
Arteaga & Arteaga (Puerto Rico)